Muchas buhardillas carecen de ventana, con lo que resulta muy interesante poder instalar un sistema de apertura para que pueda entrar tanto el aire como la luz natural, ya que así podrá también utilizarse como habitación, zona de estudio o sitio de juegos sin tener que estar siempre gastándose luz eléctrica.
Para poder instalar una ventana en la buhardilla debes tener en cuenta que hay que garantizar la estanquidad y que cada ventana debe contar con cercos especiales o tapajuntas que se adapten a cubiertas onduladas (como las tejas) o lisas (como la pizarra), dependiendo el tipo de tejado que tengas en tu casa. Estos cercos mejoran el aislamiento y facilitan el drenaje del agua de la lluvia.
En cuanto a la ventana en sí, los acabados más utilizados son el aluminio, el PVC y, en menor medida, la madera tratada específicamente para ello. Sea cual sea el material elegido, es imprescindible que resista a los diferentes climas, ya sea el sol fuerte o las tormentas de lluvia o viento, ya que al estar directamente en el tejado su exposición es mayor que las ventanas normales.
Existen diferentes modelos de ventanas para buhardilla, dependiendo principalmente del sistema de apertura que tenga. Aunque lo primero que se tiene en cuenta es su ubicación o la pendiente que tiene el tejado. Los diferentes tipos son:
- Basculante: permite que la ventana rote, lo que facilita la limpieza del cristal exterior. Tiene en contra que cuando la tienes abierta la mitad del cristal está dentro de la habitación, con lo que debes tener cuidado para no llevarte ningún golpe.
- Giratoria: gira sobre un eje central, con lo que consigue una rotación de 180º que facilita su limpieza.
- Proyectante: se abren hacia fuera, lo que favorece la evacuación del agua y aumenta el espacio libre en la habitación.
- Lateral: se abre hacia el exterior desde uno de los lados. Es la más prácticas si sueles acceder al tejado por cualquier motivo.