Conseguir un buen aislamiento térmico para mejorar la eficiencia energética es una de las características fundamentales que pueden llevar a elegir un tipo de ventana u otro, ya que no todas ofrecen las mismas condiciones ni todos los edificios requieren el mismo tipo de aislamiento.
Un aislamiento correcto y que favorezca que no haya fugas de calor puede conseguirse, en la mayoría de los casos, con una ventana con una cámara de aire que mida a partir de 16 mm. y un vidrio –preferiblemente bajo emisivo- compuesto por dos o tres hojas.
No obstante, hay ocasiones en las que, por diversas circunstancias –estructura del edificio, orientación, etc.-, aislar térmicamente una vivienda u oficina puede resultar complicado al requerir condiciones más específicas que las que ofrecen las ventanas tradicionales de apertura oculta.
Por ello, hay algunas marcas –como, por ejemplo, Kawneer- que ofrecen modelos con un grosor especial de hasta 72 mm. que, igualmente, admiten acristalamientos dobles o triples y no interfieren en la entrada de luz exterior.
Están fabricadas con aluminio de alta calidad que certifica un rendimiento acústico de hasta 34 Db, además de garantizar la máxima fiabilidad y duración frente a los agentes externos.
De la misma forma, y dada la variedad de modelos disponibles, se pueden presentar con todo tipo de aperturas –oscilobatiente, a la francesa, apertura de fuelle, puerta ventana con el umbral plano, respetando las normas de accesibilidad para personas de movilidad reducida, y puerta ventana con cerradura-.
Por otra parte, destaca el hecho de que es posible personalizar los diseños, que ya de por sí se presentan adaptados a las necesidades de los clientes, con todo tipo de colores –tanto el tono como los acabados y la textura-, con manillas de diferentes modelos y con marcos redondeados o rectos, en función del gusto y la ubicación de la ventana.
Imagen: Cibeles Ventanas