El estándar Passivhaus –procedente del término alemán "casa pasiva"- es un tipo de diseño de viviendas que nació en Alemania a finales de los años 80 del siglo pasado. La idea que promulga es la de crear espacios en los que se produzca el menor consumo de energía y que, además, ésta se obtenga al precio más razonable posible y sin renunciar a la comodidad ni a la calidad de la vivienda.
Así, entre las características fundamentales que conforman este estándar destaca, por ejemplo, la importancia de crear un diseño adaptado al clima y un sistema de ventilación que permita recuperar el calor y, sobre todo, la presencia de ventanas muy bien aisladas, con alta estanqueidad y que garanticen un aislamiento exterior absoluto.
Por ello, quienes defienden este diseño, consideran que las ventanas con marcos de madera son la mejor solución en todos los casos. Según apuntan diversos expertos, se trata de un material ideal para lograr un ahorro máximo de energía y, por ejemplo, para disminuir la inversión que se realiza en los conocidos puentes térmicos.
Igualmente, es el material más natural, que reduce las emisiones de CO2 y que, además, permite que las paredes transpiren desde el interior hacia el exterior, lo que favorece la regulación natural de la humedad dentro de la vivienda.
También destaca por conservar la temperatura ya que, en su evolución para equipararse a la resistencia y las prestaciones que ofrecen otros materiales, permite la instalación de cristales dobles que, por otra parte, también garantizan una perfecta insonorización.
En esta misma línea destaca el hecho de que las maderas actuales no requieren los elevados costes y el esfuerzo del mantenimiento que podían ser necesarios décadas atrás.
De hecho, los marcos de madera han favorecido también el desarrollo de todo tipo de selladores, impermeabilizantes, barnices y demás elementos que garantizan una protección absoluta frente a la humedad, el sol o, incluso, el fuego, lo que también permite una mayor resistencia que la que ofrecen otros materiales no combustibles.
FOTO: Promaderable